DESDE AQUÍ SE VE DIFERENTE

Cuando los albañiles nos subimos al andamio, nos volvemos invisibles.
Sí, no es broma.
Pensadlo. Seguramente habeis pasado mil veces por delante de un edificio en obras.
¿Recordais la cara de alguna de las personas que estaban allí?
¿Habeis hablado alguna vez con ellos allí, a pie de andamio?
En cambio, para nosotros, subirse a una de esas carceles de hierro nos hace ver las cosas desde otra perspectiva y sobretodo, esa sensación de anonimato e invisibilidad nos anima a decir cosas que a ras de suelo pierden su mística inspiración.
Y no me refiero a los piropos, que tambien. ¡¡La de barbaridades que se llegan a decir desde arriba, cuando desde abajo nunca nos atreveríamos ni a mirar a los ojos de la aludida dama!!
Me refiero a la opinión sin miedo. La del que se ampara en el anonimato del mono y el casco sucio.
Me refiero a la libertad que da el no ser nadie. El no tener nada que perder ni ganar.
Me refiero al desahogo que ofrece decir tú verdad, sin miedo a ser juzgado, sin sentir la necesidad de que nadie diga amén.
Esto pretende ser mi blog.
Por eso, aunque soy afiliado de un partido político, no uniré este blog a la red de blogs de ese partido.
Sería poner un toldo que tapara el andamio.
Sería limitar el alcance de mis piropos.
Siempre tendrán cabida en este blog todos los que se quieran subir al andamio, incluso los que prefieran quedarse a pie de obra.
Pero yo no puedo bajar de él. Porque en el momento que lo haga, dejaré de sentirme invisible y este blog ya no tendrá sentido.
Alguna ventaja tiene que tener ser paleta...

Villamor