miércoles, 2 de septiembre de 2009

Medio año.

Desde febrero no habia escrito nada en este semi-olvidado blog.
En estos seis meses (¡¡medio año!!), se puede decir que mi vida ha vuelto a su cauce habitual, esto es, por fín me he librado de la pesada carga que suponia continuar en un proyecto con el que ya no me sentia a gusto.
Tras dos meses ya de jubilación política, creo que en perspectiva, la experiencia ha sido tremendamente positiva.
Al margen de muchas horas ¿perdidas?, cabreos con mi familia y decepciones con algunos, pocos, los menos, compañeros de partido, me llevo de estos casi tres años un montón de recuerdos y experiencias con compañeros, con personas, con ciudadanos extraordinarios.
Me joderia bastante olvidarme de uno solo de ellos, por lo que no nombraré a ninguno. Ellos saben quienes son, y con eso es suficiente.

No obstante, una de las personas de las que más disfruté, aunque brevemente, merece que desde aquí le rinda mi particular homenaje.
Miguel Ángel Espinosa murió hace poco más de un año.
Yo le recuerdo como un amigo, aunque en realidad lo conocí sólo unos pocos meses, pero era una de las pocas personas con las que conecté desde el primer dia, y su muerte me sorprendió y conmovió muchísimo.

Su recuerdo seguirá muchos años en mí. Probablemente, lo hará el resto de mi vida.

Hasta siempre amigo.

Villamor.

sábado, 21 de febrero de 2009

CARNAVAL

Ya es carnaval.
Por unos dias, nos volvemos a disfrazar, a travestir nuestro buen gusto y conducta habitual enmascarándonos (o desenmascarándonos) con la excusa de una fiesta que, seguramente, nació de la necesidad de lo segundo.
No se si la coincidencia es casual o que el espíritu del carnaval ha llegado a Ciutadans.
Lo cierto es que poco a poco, muchos compañeros se estan desprendiendo de sus disfraces de tolerantes, dialogantes o incluso, como en el caso que nos ocupa, de romanos.

Y es que desde este andamio, se aprecia bien a los que, amparándose en una supuesta autoridad moral que, siempre según ellos, les otorga su cercania más o menos recompensada, a los que en cada momento copan los puestos de control de este partido, se permiten el lujo de clamar al cielo contra todo aquel que no comparta su particular manera de practicar ( o no) la democracia.

Agustín Altés siempre a contado con mi simpatia personal.
No puedo explicar la razón porque la desconozco. Supongo que me sentí identificado con él porque es un tipo que dice las cosas sin ambagajes, que no sin artificios.

Pero poner la virtud de su sinceridad al servicio de alguien que en el fondo, con casi total seguridad, desprecia sus formas y jamás le reconcerá sus servicios, es un ejercicio de servilismo llevado al patético intento de destacar, más por sus defectos que por sus virtudes.

Allá él.

Pero por favor, te lo ruego, si lees estas lineas, no nos ilumines más con tus bastos conocimientos sobre historia.
Haznos, y de paso hazte, un favor, y pon tu inventiva al servicio del que deberia ser el motivo de tu pertenencia a este partido político, la lucha por lo que es justo.
Y si en el fragor de esa batalla ves recompensado tu ego con el reconocimiento de los que siempre estarán por encima de ti o de mi, me alegraré de que ese reconocimiento haya sido por tus numerosas cualidades y no por tu repugnante servilismo.

Entre tanto, medita bien una cosa; Nuestra compañera Mª Cruz podrá equivocarse una y mil veces. Pero lo que haga en su tiempo libre es u será siempre cosa suya. Esa es una regla que respetan incluso enemigos políticos de diferentes partidos. Hazlo tambien tú. De lo contrario te expones a que otros cometan contigo la misma injusticia que tú cometes ahora con ella.

Por cierto, aunque yo soy infinitamente menos erudito que tú en historia, creo recordar que a Julio Cesar le mató su hijo...

Menos romanos y más españoles, compañero, que a algunos se os empieza a ver el plumero.
¡Ostia, sin haberlo intentado, me ha salido un pareado!


Villamor.

sábado, 31 de enero de 2009

MAQUIAVÉLICAMENTE HABLANDO

Recuerdo perfectamente una frase que escuché hace años en boca de alguno (no recuerdo cual) de mis profesores.
"El fin justifica los medios", rezaba la susodicha y por lo visto, era cosecha de un oscuro personaje al que llamaban Maquiavelo.
El debate que surgió en clase sobre aquella sentencia, despertó en mi juvenil conciencia la intención de no hacerla jamás, en ninguna circunstancia, mia.
Pero la vida es como el palo de un gallinero (corta y llena de mierda, para el que no lo sepa), por lo que aquello que se convirtió en un pilar básico de mi relación con el entorno, es cada vez más frecuéntemente, la saeta más eficaz contra mi y todo aquello que me importa.
En el proyecto no familiar más importante que he emprendido hasta hoy, un pequeño grupo de personas, amparadas en el cobarde silencio de un mediocre grupo de gente (mediocre en el más amplio sentido de la palabra), y con la involuntaria colaboración de un gran grupo de "pardillos", inocentes y victimas de debates juveniles sobre principios y demás sandeces, han hecho bueno el consejo de nuestro antes mencionado Maquiavelo, con la inestimable trinchera legal de unos estatutos a los que solo un oscuro personaje parece tener derecho y tiempo para estudiar, reinterpretar y transgiversar, a su gusto y conveniencia temporal y circunstancial.
¿Que hacer en semejantes circunstancias?
¿Regalarles estos años de ilusión y horas robadas a mi familia?
¿Callar y esperar a que todo se arregle por si solo?
¿Abandonar y volver a olvidar otra decepcionante batalla perdida por no convalecencia?
No. No lo voy a hacer.
Y no lo haré por que recuerdo que ese mismo profesor, que nunca intervenia en los debates de la clase, aquel dia hizo una excepción para recordarnos que mucha gente cree que no hay, o no deberia haber fines en nuestra vida, sino caminos que merecian ser andados, aunque aparentemente no lleven a un destino claro.
Y si por el camino disfrutamos y aprendemos sin renunciar a nuestros principios, blanco y en botella.
Cs, aún no ha dicho la última palabra en Cataluña ni en España.
Símplemente, como en todos los grupos humanos, Maquiavelo esta ganando la batalla por no comparecencia del enemigo. Este está disfrutando del camino, pero tarde o temprano le dará un puntapié a esa molesta piedra que consiguió entrar en su zapato y que empieza a ser demasiado molesta.
Un abrazo.
Villamor.